Controversias e instituciones

José Lumbreras García

Artículo publicado en la página 8 de El Sol de Tlaxcala el día 03 de agosto de 2021

 

Las diferentes formas que tienen las relaciones humanas pueden generar diversos efectos, dependiendo de su naturaleza. Lo deseable es que éstas siempre fluyan armónicamente y que las mismas siempre encuentren acuerdo entre los individuos que las desarrollen, de manera que la voluntad de los mismos sea coincidente.

De no existir esa coincidencia, lo mejor siempre será que se pueda llegar a un acuerdo que permita a los implicados volver a la forma más conveniente de convivencia, aquella que sea la más benéfica para todos. Cuando esto no es posible y, sobre todo, cuando existe un interés contrario entre dos o más sujetos, se suele acudir a formas de hacer valer la conveniencia de alguno de ellos por encima de los otros. Dependiendo de este interés, será la respuesta que se tenga por parte de quien quiere o necesita hacer valer su percepción diversa de lo requerido por su contrario.

La primera forma de hacer prevalecer la voluntad de una de las partes, ha sido a partir de la fuerza de uno de ellos, siempre que considere que es suficiente para poder imponerse y de esa forma alcanzar sus objetivos.

Sin duda, toda solución de una controversia, naturalmente, genera una lesión a alguna o a todas las partes, puesto que para ello siempre habrá necesidad de ceder en sus pretensiones, aunque sea en parte, con el fin de dar por finalizado el conflicto. Pero la forma de resolver las diferencias en que más se lesiona a quienes entran en desacuerdo es a través de la violencia, de la imposición por la mera fuerza de la razón de alguno de ellos.

Por ello se han generado sistemas que permiten resolver las controversias a través de instancias que apliquen parámetros común o mayoritariamente aceptados, normalmente de manera previa, y que puedan poner fin a los conflictos de manera pacífica y con el mínimo de afectación a los involucrados. Así, en la actualidad, la institucional es la forma más adecuada de resolver las diferencias entre los integrantes de la sociedad, en que se apliquen las normas jurídicas desarrolladas para regir la conducta de los individuos.

Esta es la forma más desarrollada para ese fin, la cual es producto de la evolución social que, incluso, se ha tenido que alcanzar a través de la misma violencia para posteriormente llegar a acabar con esta.

Mantener la paz social nos corresponde a todos y cada uno de quienes integramos la sociedad; pero, sin duda, mayor obligación en ello tienen los líderes de la misma o quienes pretenden serlo. No se puede buscar encabezar una institución si no se está convencido de que el camino de las instituciones es el que más conviene a la sociedad.

Por ello, siempre la invitación a exigir a las instituciones el cumplimiento de sus deberes, pero también al respeto de las mismas y a la confianza en ellas, pues estas son relevantes en la consecución de la paz social.