Voto electrónico, una opción para fortalecer democracia digital
Miguel Nava Xochitiotzi
Artículo publicado en El Sol de Tlaxcala, el día 22 de junio de 2023
En palabras de Elaine Ford Deza, “se entiende por democracia digital el poner la tecnología al servicio de la ciudadanía con un fin colectivo y que contribuya en la consolidación del sistema democrático”.
El voto electrónico se presenta como una opción moderna y eficiente de votación a través de la utilización de herramientas tecnológicas, como Internet y los dispositivos electrónicos. Varios países, incluyendo México, han llevado a cabo ejercicios de votación electrónica en diferentes órdenes de gobierno.
El Instituto Nacional Electoral ha realizado ejercicios exitosos con boletas electrónicas en diferentes instituciones académicas, elecciones internas de partidos políticos, en la jornada electoral federal 2021 que tuvo lugar en Coahuila y Jalisco, y más recientemente, en el proceso electoral 2023 llevado a cabo en el Estado de México.
Si bien en un principio estaba prevista la implementación urnas electrónicas en Coahuila y Estado de México (entidades que celebraron elecciones locales el pasado cuatro de junio), al realizar el procedimiento de verificación previsto en el conjunto de medidas de seguridad, el Instituto Nacional Electoral identificó un error de configuración en el instrumento correspondiente en Coahuila, lo que tuvo como consecuencia la cancelación de la prueba piloto en ese Estado.
Sin embargo, en el Estado de México sí se implementó el voto electrónico a través de boletas electrónicas, marcando un hito en la historia electoral de la región. Algunas opiniones de la ciudadanía describieron la experiencia como exitosa, resaltando entre sus beneficios la practicidad, el ahorro de costos y tiempo.
Consejeros electorales del Instituto Nacional Electoral han explicado que la implementación de las casillas electrónicas tiene un impacto positivo en los costos y recursos asociados con las elecciones, pues la eliminación de la impresión masiva de papeletas físicas representa un ahorro económico significativo. Además, la urna 7.0 contiene también una plantilla Braille para las personas con discapacidad visual y provee audífonos con las instrucciones mediante un audio libro, a fin de indicar a la persona votante la manera de proceder para la emisión del sufragio.
Sin duda, su implementación enfrenta desafíos que deben ser abordados. La falta de acceso tecnológico para todos los ciudadanos y la necesidad de garantizar la seguridad del proceso son preocupaciones legítimas. Sin embargo, estos desafíos pueden ser superados mediante estrategias como la gradualidad en la implementación, el fomento de la educación digital y el establecimiento de regulaciones adecuadas.
En conclusión, la transición hacia el voto electrónico promete un ahorro económico significativo, una mayor eficiencia y la consolidación de la democracia digital en el país.