Participación política de la comunidad LGBTTTI

* Miguel Nava Xochitiotzi

El Sol de Tlaxcala, Página 09 martes 23 de abril del 2019

Comienzo el presente artículo de opinión reconociendo con alegría que mucho se ha avanzado en cuanto al cumplimiento del principio de igualdad y el derecho a la no discriminación por razón de género durante los procesos político electorales que se desarrollan en nuestro país. Tan es así, que en los últimos años ha aumentado considerablemente la participación de las mujeres en las jornadas electorales ejerciendo su derecho a votar y ser votadas, y muchas de ellas se encuentran actualmente ejerciendo cargos de elección popular. La paridad de género se está convirtiendo poco a poco en una realidad gracias a los esfuerzos de legisladores, Instituciones y  ciudadanos en general.

En atención a lo anterior, retomando la importancia de la lucha incansable y perpetua por la no discriminación en el ejercicio de los derechos político electorales, en el presente espacio me permitiré detenerme a reflexionar sobre la participación política del grupo social conformado por la comunidad no heterosexual, a quienes se les ha denominado con las siglas LGBTTTI (lesbico, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero e intersexual).

Este sector de nuestra población ha demandado una mayor representación en las estructuras de poder, puesto que, tal como sostiene Almendra Negrete (abogada, docente y activista por los derechos de la comunidad antes referida) “a través de la participación política directa es como llegará este sector de la población a gozar plenamente de sus derechos”.

Los miembros de la comunidad LGBTTTI han sido discriminados a través de la historia y en la actualidad. Hay quienes ejercen violencia hacia otros utilizando términos despectivos creados exclusivamente para referirse a personas integrantes del multicitado sector, lo cual nos brinda un panorama del nivel de intolerancia y discriminación que se ejerce contra ellos en nuestra cotidianeidad.

En el transcurso de su vida, las personas que no se identifican como heterosexuales enfrentan una multiplicidad de obstáculos y dificultades; desde encontrar una identidad, que supone hacer pública la orientación sexual o identidad de género, liberándose de prejuicios personales y familiares, (cabe recordar que durante mucho tiempo no tenían una clasificación en específico, sino hasta la década de los setentas cuando tomó fuerza el movimiento sobre la diversidad sexual y con el transcurso del tiempo se llegó a la denominación LGBTTTI) hasta para el pleno ejercicio y disfrute de sus derechos, y sin embargo, en muchas ocasiones esta lucha termina siendo invisible a ojos de quienes no pertenecen a este grupo.

Es por ello que a este sector, como a todos los que se consideran vulnerables o desprotegidos, hay que prestarles mayor atención cuando alzan la voz para exigir el respeto y garantía de sus derechos.

Algunos líderes de la comunidad LGBTTTI de América Latina han expresado ante los medios de comunicación que, si bien en algunos países se les permite formar parte de un partido político, “sigue estando el machismo como el patriarcado dentro de los partidos políticos.” Aunado a esto, también existe la preocupación de las organizaciones y los partidos por el costo político de incluir una candidatura LGBTTTI declarada abiertamente, debido a los perjuicios de la población.

Algunos entes políticos omiten incluir los asuntos que involucran a la población lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual en sus propuestas y proyectos, ya sea por evitar confrontaciones con los grupos religiosos, o por no contravenir sus propias convicciones.

Es en razón de lo anterior que considero que es posible garantizar los derechos políticos de las personas LGBTTTI implementando mecanismos de vigilancia y sanción con el objetivo de evitar cualquier tipo de discriminación. Para esto, las y los servidores públicos deben tener empatía con los miembros de esta comunidad, así como conocimiento sobre la protección de sus derechos. Se debe instar también a los medios de comunicación a erradicar los estereotipos y prejuicios basados en la orientación sexual e identidad de género.

El Estado mexicano debe ejercer un papel activo en términos de la atención a los grupos más vulnerables socialmente e implementar estrategias para comprender sus particularidades a fin de que con base en ellas se elaboren políticas públicas y las reformas legales necesarias para llevar a tal población a un estatus igualitario dentro de la sociedad. El reconocimiento de la comunidad LGBTTTI como titulares de derechos humanos, y en especial de los derechos político-electorales, es un paso importante en la consolidación de una democracia incluyente y representativa.


* Magistrado del Tribunal Electoral de Tlaxcala